Es una serie de encofrados vírgenes, piezas que están esperando la posibilidad de ser llenadas, sin embargo, esto no ocurrirá, ya que el hormigón es el sujeto tácito de la muestra. Y el proceso de la fabricación de los moldajes es lo que queda expuesto, a modo de obra, para reflexionar acerca de la naturaleza reproducible y seriada del objeto. Pero a su vez también, desde un par de matrices fundidas en bronce que originalmente fueron de madera y cuero, se cuestiona la noción de reproducibilidad objetual, al tiempo que cobra vigencia la dimensión de originalidad de estas mismas piezas broncificadas, incapaces ahora dar a luz a réplicas de sí misma, convertidas en obras únicas e irrepetibles, alejadas definitivamente de todo proceso temporal, ya que solo se pertenecen a sí misma.
